Pasó tanto tiempo
desde aquél recuerdo.
Solo alimentaba a mi soledad.
Y estiraba las horas
entre esquirlas de rosas.
Esquivando pétalos como puñal.

Cuando clavaste tu mirada en mí.
Cuando cumpliste con tu voluntad y mi fantasía.

Se disiparon los sonidos
como si no existiera el mar
Y amanecidos nuestros cuerpos
entre la arena y la sal.

La ropa en el suelo.
Tu burla a mis miedos.
Entre las miradas de complicidad
Tan invulnerable
preguntaste mi nombre.
Percibí en el aire cierta vanidad.

Me regalaste noches sin dormir,
donde robabas mi seguridad y toda mi energía

Se disiparon los sonidos
como si no existiera el mar.
Y amanecidos nuestros cuerpos
entre la arena y la sal.
Tu pelo negro entre mis dedos,
tus ojos en la oscuridad.
Como saldrás de mi memoria
si no te quiero olvidar.

No te quiero olvidar…

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